Inter – American Defense College
Javier Navarro Ortiz
2021
La Declaración sobre Seguridad de las Américas de la OEA dada en México en el año 2003, hace referencia a las amenazas tradicionales y a las nuevas amenazas, preocupaciones y desafíos de naturaleza diversa y alcance multidimensional, donde se privilegia la seguridad humana. El DOCTOR HAMILTON las agrupa en cuatro grandes cuadrantes: Amenazas Tradicionales, Terrorismo, Vulnerabilidades Sociales y Ambientales y la Delincuencia Organizada Transnacional; en este último aspecto centraré la atención considerando el secuestro y la extorsión una amenaza transnacional con efectos a la seguridad pública de los Estados. Es importante definir el secuestro conforme a la resolución 2002/16 del Consejo Económico y Social (2002) y el manual de lucha contra el secuestro de la ONU del año 2006, el cual consiste en privar de la libertad a una o varias personas en contra de su voluntad con la finalidad de obtener un provecho ilícito por su liberación, asimismo, define la extorsión como el constreñimiento causado a una persona para a hacer, tolerar u omitir alguna cosa para obtener un provecho ilícito para sí o para un tercero; vemos como estos delitos afectan la seguridad humana de la que nos habla SORJ y ROJAS ARAVENA, en el sentido que requieren una mirada holística y una repuesta integral por parte del Estado, asimismo, la definición nos permite evidenciar como se afecta la seguridad humana en sus siete (7) dimensiones determinadas por el PNUD, por lo menos en tres (3) de ellas de manera directa como son la dimensión personal, económica y la salud y en las cuatro restantes hay una privación o limitación.
Es importante destacar, lo expuesto por FONTANA, en el sentido de que las nuevas amenazas no son tan nuevas, pero sí han afectado de manera diferente la seguridad, lo novedoso de algunas de estas “nuevas amenazas” es que han traspasado fronteras y se han entrelazado dándole esa característica de transnacionalidad al delito, sin embargo, No necesariamente afectan la soberanía de los Estados, ni la integridad de sus territorios. Pero sí generan grave afectación a las personas, las comunidades, permean sus instituciones, relativizan el valor de sus fronteras, y crean “manchas” de ausencia de Estado. En general, introducen inestabilidad en los contextos local, regional e internacional. Adicionalmente nos dice FONTANA en su escrito las “nuevas amenazas implicancias para la seguridad”, que la sistematicidad, amplitud y el financiamiento de los secuestros extorsivos, son motivo de seria preocupación en un número creciente de países, una estimación de los secuestros presentados anualmente en América Latina arroja una cifra cercana a los 9.000 casos y la extorsión ha venido cobrando fuerza con el uso de las nuevas tecnologías en las comunicaciones y nuevas normas de transferencia.
Los delitos de secuestro y extorsión por las fuerzas y efectos de la globalización que nos habla STIGLITZ y en palabras de STEGER definida esta como la interacción que promueve una profunda conexión entre lo local y lo distante, ha traído consigo una nueva dinámica, es así, que en este escenario geográfico en las fronteras de Colombia, Ecuador y Perú se ejecuten estos delitos aprovechando el flujo de personas y capitales, asimismo, la cadena criminal se disloca llevando a las víctimas a zonas de cautiverio del país fronterizo y los perpetradores y las comunicaciones fluctúan entre ambos países, lo que genera dificultad para la persecución efectiva de estos delitos graves con consecuencias potencialmente dolorosas para las víctimas, sus familias, los países y por extensión para la comunidad internacional como lo indica la ONU en su Resolución 59/154 del año 2004. En este mismo sentido, según cifras del Centro de Investigaciones Criminológicas de la Dirección Antisecuestro y Antiextorsión de Colombia, el 80% de los secuestros y extorsiones que se ejecutan en zonas de frontera de estos tres países, traspasan el umbral de las fronteras y se convierten en la mejor fuente de financiación, favoreciendo a la Criminalidad Trasnacional Organizada, que cumplen las características referidas por DOUGLAS FARAH y GINO COSTA, como es el número de integrantes, permanencia en el tiempo, aprovechamiento de múltiples zonas grises existentes en las fronteras y la búsqueda de beneficios económicos, en este sentido precisamente existen altos beneficios y bajos costos para los delincuentes como lo describió GARY BECKER en su teoría económica del crimen, lo que promueve su continuidad, dado a la impunidad por la dificultad de contar con mecanismos efectivos y oportunos.
Asimismo, GINO COSTA señala que la inseguridad y la delincuencia son el principal problema de los países de América Latina; señalando además que estos tienen enormes repercusiones e implicaciones en los ámbitos económico, político, social. Afectando la gobernabilidad de los Estados y la confianza internacional y si no hay confianza no hay cooperación indicaROJAS ARAVENA, desestimulando la inversión extranjera. Entonces para hacer frente a estas amenazas de carácter multidimensional se requiere no solo de la acción individual de cada país, sino también de la cooperación internacional para buscar soluciones a problemas que requieren respuestas colectivas, proscribiendo procedimientos unilaterales. Para ello, el pensamiento estratégico que nos hablaMITZBERG posibilita el diseño de estrategias que permitan enfrentar las amenazas y desafíos a través del empleo de la comprensión geográfica y geopolítica regional tal como lo expresa CONTRERAS y la inteligencia estratégica con apego a la ley contribuye eficazmentea menguar los efectos de las nuevas amenazas, como es el caso del secuestro y la extorsión. Conforme a lo expresado por UGARTE.
Considero importante recordar la matriz de PELIGROSIDAD vs. PROBABILIDAD del Dr Pereyra: A mayor peligrosidad del conflicto mayor posibilidad de la guerra pero al mismo tiempo menor probabilidad de ocurrencia, La probabilidad de que sucedan conflictos de baja intensidad es mayor que la que sucedan conflictos de alta intensidad. Para el caso del secuestro hay una mayor probabilidad de ocurrencia pero una menor peligrosidad.
Partiendo de la definición de seguridad que nos proporciona SAINT PIERRE, como el estado o sensación que produce la ausencia de amenaza. Surge entonces la pregunta: Que deben hacer los Estados y sus instituciones para garantizar la seguridad? En respuesta, GRIFFITHS nos indica que el verdadero desafío está dado por el fortalecimiento y proceso de consolidación de los Estados para lidiar con las nuevas amenazas que permiten afianzar la institucionalidad y las estructuras para satisfacer las demandas de bienestar y seguridad de sus ciudadanos, a lo cual se suma el planteamiento de ACEMOUGLU en torno a la solidez de las instituciones. Este escenario me permite diagnosticar como lo indica MINTZBERG a través de un proceso de pensamiento estratégico creativo, plantear dos alternativas de solución que exigen un alto nivel cooperación en materia de prevención e investigación, orientado a unir esfuerzos para fortalecer la asistencia y asesoría técnica, la capacitación y doctrina con información accionable, toda vez, que los mecanismos existentes no son expeditos, ni cuentan con canales de comunicación y niveles de respuesta oportuna, lo que eleva el riesgo para las víctimas y sus intereses económicos.
En el marco de las relaciones internacionales, alineado a lo manifestado por HAYES surge la necesidad de desarrollar medidas cooperativas en diversas áreas relacionadas con las nuevas amenazas la primera alternativa con un enfoque idealista de WOODROW WILSON, con la creación de un mecanismo tripartito de cooperación policial, entre la comunidad antisecuestro de cada uno de estos países, a través de un acuerdo conforme a los regímenes internacionales que nos habla KRASNER que fije normas, procedimientos, principios y reglas que permitan la eliminación de estos delitos pluriofensivos tal como lo alienta la OEA a fomentar la cooperación para prevenir y sancionar los delitos de secuestro y extorsión cuando estos tengan trascendencia internacional. Adicionalmente, FUENTES ROJAS Y ARAVENA, exponen que su solución demanda una respuesta cooperativa, permitiendo identificar las diferentes maneras en que los Estados resuelven colectivamente los problemas comunes.
La segunda alternativa el fortalecimiento de los mecanismos existentes, como AMERIPOL para no generar dualidad de funciones, pero con línea directa entre la comunidad antisecuestro de cada país que posibilite mejorar los tiempos de respuesta haciéndolos más eficientes, en procura de garantizar la vida e integridad de las personas por las amenazas latentes que generan estos delitos; bajo el principio del respeto por el ordenamiento interno y la soberanía que debe primar para los Estados.
Finalizo trayendo a colación las palabras del Doctor ALBERTO LLERAS CAMARGO, expresidente de Colombia y primer secretario de la OEA en 1954 y nos las recordaba el Doctor MASSIS en el sentido que «que la OEA no es buena ni mala en sí misma, como no lo es ninguna organización internacional. Es lo que los gobiernos miembros quieren que sea»; premisa de gran vigencia que significa que las iniciativas de integración y cooperación carecen de efectividad sino existe la verdadera voluntad de las partes vinculadas para que estas funcionen, y esta voluntad se materializa a través de sus políticas internas y de sus relaciones internacionales, aplicables a esta iniciativa de integración tripartita para enfrentar COT dedicado al secuestro y extorsión, como una de las principales tareas misionales de los cuerpos de policía de estos países.
A manera de corolario, cabe caracterizar el secuestro y la extorsión en el marco de las “nuevas amenazas” porque sus objetivos no están orientados hacia los blancos tradicionales de la seguridad clásica, sino, hacia la población y por extensión a la comunidad internacional. Los desafíos en materia de seguridad tienden a superar la capacidad individual de los Estados por tal razón requieren de acciones cooperativas para enfrentarlos.